La travesía comienza así: Al iniciar el diplomado de ilustración con Gerardo Suzan creí que mi estadía en el sería fácil (aunque creo que sí, pues después de tanto tropiezo, encontrar caminos, tener preguntas es facilitar siempre el camino), puedo decir que lo utilice como motivo para titularme de la carrera de Artes Visuales, y no pude escoger mejor, pues es un excelente cierre a la carrera, a la par que me da una excelente puerta hacia lo que venía buscando.
Esta es mi carta de agradecimiento de mi memoria visual, muy oportuna para este comienzo.
Gracias:
A los que son pilares, y día a día entregan su infinito amor, encontrándose siempre en el lugar adecuado: Elena y Felipe.
A Rebeca y Andrei por todo el amor entregado, por todo el tiempo cedido, por su vida tan llena de vida y sobre todo por llegar a mi vida.
A Carlos por estar en el estira y afloja y a pesar de todo no claudicar, por atar a la locura y no hacerle caso a la cordura.
A “Cama y dos mesitas de noche atacando ferozmente a un violonchelo” de Salvador Dalí, por habérseme presentado esa tarde en una sala del desaparecido Centro Cultural Arte Contemporáneo, por haberme mostrado lo que es ser un pintor y dejar abierta la puerta.
Al bermellón brillante, al purpura aterciopelado, al verde vibrante, al azul electrizante, al rojo vitalizante, amarillo hilarante y al blanco y negro que los valoran.
A Aureliano Sánchez que me dijo como se dibuja, a Salvador Herrera, que me dijo como se pinta, a Gerardo Suzan que me dice como se ilustra, a Rosario García Crespo y Renato Esquivel que me dijeron de qué lado.
Y por ultimo a no dejar la revolución, y para los que resisten día a día y saben que la lucha sigue y sigue.
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